A partir del próximo siete de marzo, el Museo Casa Anzoátegui se honra con la visita de ilustres amigos y hermanos; el Maestro caraqueño Billy Spence y algunos artistas del Movimiento artístico de San Juan de Colón (Venezuela)
A modo de frontispicio, el trabajo de Billy Spence, nacido en Caracas en 1967, nos recuerda aquella frase de Epicuro que dice que el placer erótico permanece en nosotros como medida de todas las dichas. Y es que en esta exposición Santos y Penianos, el erotismo es el tema-modelo de su atención, el objeto de su interés. Así el protagonismo fundamental lo asumen las sensaciones que se producen en la relación deseo-temor, entendiendo el deseo como contrapunto de la muerte, del taedium-vitae, como contraposición del fin de la existencia y del hastío y repugnancia de la vida.
El deseo no es más que el movimiento enérgico de la voluntad hacia el conocimiento, posesión o disfrute de una cosa. Amor y Saber son el resultado de un discurso normativo bajo las categorías de la ciencia y ya no tanto de la moral y la religión. Aunque, desde luego, la moral juega su papel técnico en la constitución de la culpabilidad. De allí la consideración de la magnitud que las ideas religiosas tienen sobre la conducta en la vida. La moral se concibe como las normas, leyes y costumbres que transmitidas institucionalmente por la familia, la escuela y la religión delinean un prototipo de conducta. Y en nuestro ámbito los mecanismos básicos de nuestra culpabilidad existencial son fruto de la formación católica. De aquí que las Conductas que contravienen la norma establecida se toman como perversas.
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